Un Proyecto Colaborativo resulta en un Sistema de Distribución de Agua para un pueblo del Amazonas

Mario Honrubiaengineers

Amir Shahar es el ingeniero que encontró la solución de bajo coste para el sistema de distribución de agua que necesitaba un pueblo de la selva del Amazonas. Esta es la historia de este increíble caso de éxito de un proyecto colaborativo.
La Fundación ICAI había tratado durante algún tiempo de ayudar a una comunidad peruana a conseguir acceso a agua potable. Esta comunidad se ubica en Villa Gonzalo, en la zona norte del departamento del Amazonas y junto al río Santiago, en Perú. Se trata de un pueblo de 850 personas organizadas en 150 familias Wampis, una tribu que siempre ha vivido en la selva peruana.
Tras una ardua investigación y conversaciones con miembros de la comunidad, la fundación desarrolló unos tanques para la recogida de agua de lluvia. Sin embargo, el desafío se trasladó a cómo se podía distribuir este agua de manera equitativa entre la población. Se creó un proyecto colaborativo mediante una competición con una comunidad de ingenieros de todo el mundo, gracias a la cual se ha desarrollado una solución de bajo coste que soluciona de manera eficiente el problema con un consumo de electricidad cero.
El ganador de esta competición fue Amir Shahar, un ingeniero israelí afincado en Dinamarca, cuya solución era el resultado de la adaptación de dos tecnologías existentes: la combinación de unos mecanismos similares a los utilizados en las cisternas del wc y el de monedas de los carritos de supermercado.
Lee la entrevista que le hicimos para conocerlo un poco más a fondo.

Amir Shahar, una vida dedicada a la ingeniería mecánica

proyecto colaborativo Amir Shahar

¿Podrías presentarte brevemente? ¿Qué experiencia laboral relevante puedes contarnos?

Me llamo Amir Shahar y tengo 60 años. Nací en Israel y he vivido en Dinamarca los últimos 30 años. Soy ingeniero mecánico y cuento con 28 años de experiencia. He trabajado en el desarrollo de maquinaria para la agricultura, de aeropuertos, hospitales y audífonos.

¿En qué desafíos has participado con ennomotive?

Ya he participado en dos desafíos: el de pintado de farolas y semáforos y el de los sistemas de distribución de agua. En el primero solo hice unas preguntas pero, por suerte, gané el segundo.

No tengo predilección por un tipo de desafío pero me encuentro mejor trabajando en aquellos que despiertan mi curiosidad. También ocurre que algunos desafíos están totalmente fuera de mis áreas de conocimiento.  Mis motivaciones son principalmente curiosidad, un impulso por ayudar y el reconocimiento. Me llamó la atención este desafío porque el año pasado estuve viajando por Sudamérica (Bolivia y Perú). He visto cómo viven los isleños en el lago Titicaca y lugares similares y quería ayudarles. Ya había resulto desafíos durante mi trayectoria profesional, pero nunca había participado en una comunidad de resolución de desafíos como ennomotive.

¿Cómo se te ocurrió la solución ganadora?

 Durante mi viaje al lago Titicaca pude observar como las familias de las islas flotantes tenían electricidad procedente de paneles solares y cómo el jefe era el responsable de las familias y la comunidad.

El aspecto social del desafío me motivó desde el principio, fue lo que me empujó a participar principalmente. He resuelto muchos desafíos técnicos en los últimos 30 años pero este presentaba la oportunidad de ayudar a mejorar la vida de la gente con una tecnología y unos medios relativamente simples. No me he fijado en los posibles ingresos que podía generar para mí o para otros. Y no, nunca había participado en proyectos con un impacto social.

¿Te ha gustado la historia de Amir? ¿Quieres participar en desafíos y ayudar a personas y empresas?

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