Hace un par de años, la revista Forbes publicó sus 9 normas para tener éxito en la innovación empresarial y la primera dice que la innovación no es una sola acción, sino un proceso. Un descubrimiento o invención no constituye una innovación, no es suficiente. Es crucial hacer las preguntas correctas para conseguir una solución que transforme completamente una empresa o industria. De ahí la importancia de los desafíos de innovación.
Como dice Wikipedia, un desafío de innovación es un método o proceso del desarrollo de producto, negocio o proceso industrial. Es un tipo de ingeniería social enfocada en la creación y elaboración de las mejores ideas y más sostenibles que provienen de los mejores innovadores. Sin embargo, en ocasiones las mentes más brillantes no trabajan para la empresa que tiene el problema y, por ese motivo, es aconsejable escuchar ideas y puntos de vista externos.
Veamos estos casos de éxito de innovación empresarial de dos conocidas empresas que utilizaron desafío de innovación para crear productos diferentes que todavía usamos en la actualidad.
Cómo Carrier inventó el aire acondicionado mediante un desafío de innovación
Con una búsqueda rápida de Carrier podrás conocer su increíble historia: todo empezó en 1902, cuando Walter Rimmis, un ingeniero consultor trató de resolver un desafío en la imprenta multicolor Sackett & Wilhelms. El problema consistía en que la tinta no se alineaba con la expansión y contracción del papel debido a la humedad, lo que generaba un grave problema de calidad, material desaprovechado y pérdida de productividad en la empresa.
Timmis visitó a J. Irvine Lyle, director de ventas de Buffalo Forge en Nueva York. Lyle sabía que unos ingenieros habían conseguido calentar, enfriar y humidificar el aire y le sugirió conocer a un ingeniero recién graduado de Cornell University que había dejado impresionadas a varias personas en Buffalo Forge.
Carrier comenzó a experimentar con el agua fría haciéndola correr a través de serpentines de calentamiento y una corriente de aire para enfriar el aire hasta la temperatura de punto de rocío deseada. El resultado fue la primera instalación de un conjunto de serpentines en la planta junto con ventiladores, canales, calefactores, tuberías de vapor perforadas para la humidificación y controladores de temperatura.
El compresor se añadió más adelante, en 1903, para satisfacer las demandas del primer verano de operación. Este sistema de serpetines de agua refrigerada se diseñó para mantener una humedad constante del 55 % todo el año y tenía un efecto refrigerador equivalente al derretimiento de unas 50 toneladas de hielo al día. Y así fue como nació el aire acondicionado moderno.
Cómo un punto de vista diferente ayudó a 3M a desarrollar un nuevo producto
3M, la empresa anteriormente conocida como Minnesota Mining and Manufacturing cuenta con una historia sobre innovación en la que interviene Richard Drew, un joven ingeniero que comenzó a trabajar en la empresa en 1921.
Al incorporarse a MMM, Richard dedicó su tiempo a visitar las tiendas de automóviles locales para analizar varios tipos de papel de lija. Durante sus visitas se dio cuenta de que uno de los problemas del momento era el pintado de dos tonos, ya que los trabajadores tenían que cubrir algunas partes con periódicos y pegamento casero, lo que ocasionaba la repetición de tareas.
También se dio cuenta de que el papel de lija de 3M tenía una superficie pegajosa a la que se aplicaban los minerales. Más adelante comenzó a crear su propio cinta adhesiva y en dos años aproximadamente dio con una receta de pegamento y glicerina que, aplicada sobre un papel fino, se conseguía una cinta que, aunque se adhería sin problema a las superficies, se podía despegar fácilmente sin dañar la pintura.
Como su jefe no veía el potencial de su creación, construyó e invirtió en una máquina de producción en serie. Cuando su jefe descubrió lo que Drew había conseguido, lo recompensó por su tenacidad con la creación de un nuevo puesto de gestión dentro de 3M. La «cinta adhesiva» fue un éxito instantáneo y cambió de inmediato la forma de pintar superficies.
Estas historias de innovación empresarial nos enseñan una importante lección: es importante dejar la puerta abierta a nuevas propuestas e ideas para que una empresa pueda evolucionar. Los responsables de las empresas deben fomentar un ambiente de trabajo que facilite el surgimiento de nuevas perspectivas y puntos de vista que ayuden a alejarse de las tradiciones y de las prácticas más obsoletas.
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